Informe final brigada 2010 UNIPSO
INFORME
BRIGADA DE APOYO A LA SALUD MENTAL
DE
LOS DAMNIFICADOS POR EL HURACAN
KARL
EN EL ESTADO DE VERACRUZ
Facultad de
Psicología-Xalapa. Universidad Veracruzana
Mtro. Arturo Marinero
Heredia (coord.)
Mtra. Lizette
Figueroa Vázquez
Mtra. Zahira Zárate
Cabrera
A raíz del paso del Huracán Karl por
el Estado de Veracruz en el mes de septiembre, el Centro Marie Langer, A.C. (CML) se plantea la
posibilidad de organizar una brigada de apoyo a la salud mental de los
damnificados de las zonas afectadas. Dado que algunos miembros del Centro somos
también profesores de la Facultad de Psicología-Xalapa de la Universidad
Veracruzana, le propusimos a la Mtra. Esther Alcalá Garza, Directora de dicha
Facultad realizar un trabajo conjunto en el que el CML fuera el responsable de
la capacitación de los alumnos con el fin de operar la brigada.
En dicha brigada se contó con el aval del Dr. Porfirio
Carrillo Secretario Académico, así como del Dr. Ramón Flores Asesor de la
Rectoría.
El primer contacto y visita se realizó con el fin de
conocer la zona y contactar con las autoridades correspondientes, esto era
importante para respaldar el trabajo a desarrollar. A esa primera visita acudió
la Mtra. Esther Alcalá y el Mtro. Arturo Marinero Heredia. Se contactó con
autoridades municipales, así como autoridades del Sector Salud Estatal;
finalmente se tuvo un vínculo estrecho y permanente con las autoridades del
Instituto Municipal de la Mujer del Municipio de La Antigua.
Una vez desarrollados los acuerdos respectivos entre las
instituciones participantes, los días 14 y 15 de octubre se realizó la
capacitación sobre la atención a la salud mental en caso de desastre. En ella
participaron 97 personas, la gran mayoría alumnos de la Facultad y algunos
miembros de Organismos No Gubernamentales.
En base a criterios establecidos en otras intervenciones,
se determinó atender las comunidades de
San Pancho, Playa Oriente, José Ingenieros y la Colonia Vicente López, todas
del Municipio de La Antigua. En todas ellas se nos facilitaron instalaciones
escolares con el fin de desarrollar el trabajo grupal.
Se llevaron a cabo 8 sesiones, del 16 de octubre al 11 de
diciembre de 2010. Sólo se canceló una visita -previo acuerdo con las personas
de la comunidad- por coincidir con la festividad del 20 de noviembre.
Trabajaron en campo 70 alumnos de la Facultad de
psicología que fueron acompañados y supervisados en campo por tres profesores
de la Facultad. Además se sumaron al trabajo un supervisor más por parte de
MATRACA y dos del CML.
Los alumnos brigadistas realizaron visitas domiciliarias
a fin de invitar a la población a participar en los grupos. En general las
personas se mostraron muy dispuestas a asistir, y reconocieron la necesidad de
atención, principalmente en los niños.
Desde el primer viaje se detectó y reconoció la necesidad
de atender el sufrimiento psicológico de las personas de las comunidades
visitadas. En cuanto se comenzó a trabajar, los damnificados empezaron a
relatar las dificultades por las que habían atravesado desde el huracán, así
como las consecuencias sufridas a nivel físico y psicológico.
Paralelamente se organizó un grupo de apoyo mutuo para
damnificados de la zona sur (R. Cabada) que igualmente resultó afectada, estuvo
conformado por alumnos universitarios y familiares de éstos. Este grupo se
organizó para formar una brigada de
apoyo que reunió víveres y enceres para los damnificados de dicha zona; se
percataron de que su salud mental se vio afectada ante la magnitud del evento,
así que solicitaron apoyo psicológico para que a su vez pudieran sostener el
trabajo que realizaron en la zona damnificada. El grupo estuvo conformado por
10 personas con las cuales se realizaron 7 sesiones en las instalaciones de la
Facultad de Psicología, fue coordinado por la Mtra. Lizette Figueroa V. y el
Mtro. Arturo Marinero H. y participó también una alumna de la Facultad como
observadora.
Evaluación de
la Brigada
En el trabajo con los menores encontramos que
afectivamente reconocían haber tenido miedo, así como sentirse mal por haber
perdido sus pertenencias: el techo de su casa, sus juguetes, su televisión; ver
su casa con lodo, haber sido testigos de situaciones dramáticas como el riesgo
de ahogamiento de algún familiar, etc. Mencionaron haber tenido pesadillas
constantes, sentir tristeza, muchos se sentían preocupados por el peligro que
pasaron y lo que le pudo haber sucedido. Lamentaban tener pocos juguetes.
Algunos chicos dijeron sentirse “regular”, no del todo
bien después del paso del huracán, también mencionaron que había “cosas” que
aún estaban mal.
La mayoría de las niñas y niños que hicieron la evaluación al final de la
brigada, coincidían en comentar que las reuniones les parecieron muy buenas así
como también las actividades. Calificaron de bueno el trato de los
coordinadores. Dijeron que casi nunca se aburrieron durante el trabajo. Mencionaron
que el tiempo era corto y que querían que fueran más largas las sesiones y
durante más semanas.
Los padres de
los niños atendidos comentaron que habían escuchado de sus hijos, que les había
gustado mucho venir a las actividades desarrolladas; notaron que habían
superado los miedos, que ya dormían solos. Consideraban que le había servido de
mucho hablar de sus experiencias. Todas las personas mostraron agradecimiento
por acudir y “tomarlos en cuenta”. Los padres opinaron que sí recomendarían el
desarrollo de una brigada en el caso de que ocurriese algo semejante en alguna
comunidad. Un padre escribió que su hijo
los días sábados le pedía “que lo arreglara rápido porque venían los
psicólogos”.
En la totalidad de los niños atendidos los síntomas que
presentaban al inicio (angustia, trastornos en el sueño, ansiedad)
desaparecieron. Se considera que el trabajo realizado fue de gran ayuda porque
no existió cronificación de síntomas ni físicos ni psicológicos.
Por su parte la mayoría de los adultos atendidos señalaron en sus evaluaciones que el trabajo y las reuniones les
habían parecido muy buenas, así también que les había parecido muy bien la
coordinación y el apoyo psicológico –incluso fue útil para resolver otras cosas
que aparentemente, no tenían que ver con el huracán. Opinaron que las reuniones
le habían servido para superar y aceptar lo sucedido, para recuperarse de la
tristeza, controlar su cuerpo y sus nervios, su alma y corazón así como la
desesperación. Las personas lamentaban haber perdido todo lo que lograron con
el esfuerzo de muchos años de trabajo. Algunos mencionaron que les fue útil
porque les ayudó a mejorar su relación con otras personas y pidieron que los
psicólogos estuvieran un poco más de tiempo.
Los alumnos
de psicología:
Consideramos muy importante el aprendizaje que los
alumnos de la facultad de psicología desarrollaron en la práctica de sus
competencias académicas, al atender una población con una demanda manifiesta.
La oportunidad que se presentó ante este lamentable hecho, fue aprovechada y
permitió poner en práctica conocimientos adquiridos a lo largo de la carrera
universitaria, se fomentó la solidaridad y la participación civil. Los
estudiantes hicieron un gran esfuerzo y se comprometieron al realizar trabajo
voluntario extra clase, al participar en la brigada.
Productos
Académicos:
El compromiso social de la Universidad Veracruzana es tan
relevante como su tarea fundamental: la
formación académica de los estudiantes.
Los y las estudiantes que se comprometieron a trabajar,
no tenían que responder a ninguna experiencia educativa en particular, sino a
la motivación personal de solidarizarse con la situación de catástrofe que se
vivía en ese momento. Y con sus expectativas de aprender en el trabajo en
campo, su actitud y compromiso tiene que ver con la incidencia en la dimensión
axiológica que en las diversas experiencias educativas se plantea: la
solidaridad, el trabajo respetando las diferencias, la no imposición, etc. Fue
una buena oportunidad en la que los muchachos podían mostrar las habilidades y
competencias que se pretenden desarrollar en su formación, especialmente del
orden de lo clínico y social.
Los estudiantes reconocieron algunas carencias teóricas y
técnicas en el trabajo de campo, pero fue fundamental acompañarlos en el
trabajo directo en campo, así como la supervisión grupal en cada viaje
realizado, que consistió en dos horas de trabajo después de cada viaje.
El modelo de trabajo desarrollado ha sido enriquecido en
cada ocasión, mejorando las estrategias y técnicas empleadas. Esta experiencia
permitió repensar algunas cuestiones que tienen que ver con la forma de
atención que se brinda a las personas damnificadas, también replantear la
técnica para acompañar y supervisar a los estudiantes en las prácticas
académicas.
Es un reto resolver la contradicción que implica la
incorporación de estudiantes con dificultades y limitaciones psicológicas
personales muy específicas, pero con deseos de apoyar para sumarse a una
brigada de estas características. Esta situación se presenta con mucha
frecuencia en muchas de las prácticas académicas extramuros en nuestra
Facultad; y representa un desafío ponderar qué alumnos pueden incorporarse a
las prácticas sin que sus problemas personales, afecten su propia salud y la de
los beneficiarios, todo ello sin discriminarlos.
La Brigada dejó un valioso material a reflexionar
respecto de nuestras prácticas en torno al trabajo comunitario,
inter-institucional, grupal e individual, ya que son niveles que no se pueden
descuidar, consideramos que son niveles que requieren atención diferenciada.
Creemos que alumnos y maestros aprendimos mucho. Como
catedráticos reafirmamos la necesidad de incorporar estos temas a la curricula
de nuestra licenciatura, incluso plantear que dada la situaciones de violencia
y desastres socionalturales que se viven permanentemente en el Estado y en
país, debe ser una Experiencia Educativa disciplinar y no Optativa.
Sin duda, el
resultado más significativo es el impacto en la población que se logró,
El hecho de que
los damnificados hayan podido hablar de la experiencia, no aislarse de los
demás y de que contaran con quiénes los escucharan, ya fue importante. Cabe señalar que, en
algunas localidades hubo demandas por parte de la población pero no pudimos
llegar a ellas, con tan pocos recursos económicos, y utilizando la
infraestructura de otras instituciones.
En este momento se
están en elaboración productos académicos sobre la brigada, dos artículos de sobre
el proceso y los resultados de la Brigada y un foro donde los estudiantes
presenten trabajos sobre sus prácticas.
Aunque es de gran
importancia hacer seguimiento de lo que sucede con la población atendida en
estos momentos, no contamos con los recursos necesarios para realizarlo.
Xalapa, 14 de enero
2011.
Responsables:
Mtro. Arturo Marinero
Heredia. Coordinador General de la Brigada.
Mtra. Lizette Figueroa
Vázquez. Responsable de la Supervisión.
Mtra. Zahira Zárate.
Supervisora en campo y supervisora.
Dra. María José Oramas
García. Supervisora en campo.
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