miércoles, 12 de junio de 2013

Informe final brigada 2010 UNIPSO

INFORME BRIGADA DE APOYO A LA SALUD MENTAL
DE LOS DAMNIFICADOS POR EL HURACAN
KARL EN EL ESTADO DE VERACRUZ
Facultad de Psicología-Xalapa. Universidad Veracruzana

Mtro. Arturo Marinero Heredia (coord.)
Mtra. Lizette Figueroa Vázquez
Mtra. Zahira Zárate Cabrera

A raíz del paso del Huracán Karl por el Estado de Veracruz en el mes de septiembre, el  Centro Marie Langer, A.C. (CML) se plantea la posibilidad de organizar una brigada de apoyo a la salud mental de los damnificados de las zonas afectadas. Dado que algunos miembros del Centro somos también profesores de la Facultad de Psicología-Xalapa de la Universidad Veracruzana, le propusimos a la Mtra. Esther Alcalá Garza, Directora de dicha Facultad realizar un trabajo conjunto en el que el CML fuera el responsable de la capacitación de los alumnos con el fin de operar la brigada.

En dicha brigada se contó con el aval del Dr. Porfirio Carrillo Secretario Académico, así como del Dr. Ramón Flores Asesor de la Rectoría.

El primer contacto y visita se realizó con el fin de conocer la zona y contactar con las autoridades correspondientes, esto era importante para respaldar el trabajo a desarrollar. A esa primera visita acudió la Mtra. Esther Alcalá y el Mtro. Arturo Marinero Heredia. Se contactó con autoridades municipales, así como autoridades del Sector Salud Estatal; finalmente se tuvo un vínculo estrecho y permanente con las autoridades del Instituto Municipal de la Mujer del Municipio de La Antigua.

Una vez desarrollados los acuerdos respectivos entre las instituciones participantes, los días 14 y 15 de octubre se realizó la capacitación sobre la atención a la salud mental en caso de desastre. En ella participaron 97 personas, la gran mayoría alumnos de la Facultad y algunos miembros de Organismos No Gubernamentales.

En base a criterios establecidos en otras intervenciones, se determinó atender las  comunidades de San Pancho, Playa Oriente, José Ingenieros y la Colonia Vicente López, todas del Municipio de La Antigua. En todas ellas se nos facilitaron instalaciones escolares con el fin de desarrollar el trabajo grupal.

Se llevaron a cabo 8 sesiones, del 16 de octubre al 11 de diciembre de 2010. Sólo se canceló una visita -previo acuerdo con las personas de la comunidad- por coincidir con la festividad del 20 de noviembre.

Trabajaron en campo 70 alumnos de la Facultad de psicología que fueron acompañados y supervisados en campo por tres profesores de la Facultad. Además se sumaron al trabajo un supervisor más por parte de MATRACA y dos del CML.

Los alumnos brigadistas realizaron visitas domiciliarias a fin de invitar a la población a participar en los grupos. En general las personas se mostraron muy dispuestas a asistir, y reconocieron la necesidad de atención, principalmente en los niños.

Desde el primer viaje se detectó y reconoció la necesidad de atender el sufrimiento psicológico de las personas de las comunidades visitadas. En cuanto se comenzó a trabajar, los damnificados empezaron a relatar las dificultades por las que habían atravesado desde el huracán, así como las consecuencias sufridas a nivel físico y psicológico.

Paralelamente se organizó un grupo de apoyo mutuo para damnificados de la zona sur (R. Cabada) que igualmente resultó afectada, estuvo conformado por alumnos universitarios y familiares de éstos. Este grupo se organizó  para formar una brigada de apoyo que reunió víveres y enceres para los damnificados de dicha zona; se percataron de que su salud mental se vio afectada ante la magnitud del evento, así que solicitaron apoyo psicológico para que a su vez pudieran sostener el trabajo que realizaron en la zona damnificada. El grupo estuvo conformado por 10 personas con las cuales se realizaron 7 sesiones en las instalaciones de la Facultad de Psicología, fue coordinado por la Mtra. Lizette Figueroa V. y el Mtro. Arturo Marinero H. y participó también una alumna de la Facultad como observadora.


Evaluación de la Brigada

En el trabajo con los menores encontramos que afectivamente reconocían haber tenido miedo, así como sentirse mal por haber perdido sus pertenencias: el techo de su casa, sus juguetes, su televisión; ver su casa con lodo, haber sido testigos de situaciones dramáticas como el riesgo de ahogamiento de algún familiar, etc. Mencionaron haber tenido pesadillas constantes, sentir tristeza, muchos se sentían preocupados por el peligro que pasaron y lo que le pudo haber sucedido. Lamentaban tener pocos juguetes.

Algunos chicos dijeron sentirse “regular”, no del todo bien después del paso del huracán, también mencionaron que había “cosas” que aún estaban mal.

La mayoría de las niñas y niños  que hicieron la evaluación al final de la brigada, coincidían en comentar que las reuniones les parecieron muy buenas así como también las actividades. Calificaron de bueno el trato de los coordinadores. Dijeron que casi nunca se aburrieron durante el trabajo. Mencionaron que el tiempo era corto y que querían que fueran más largas las sesiones y durante más semanas.

Los padres de los niños atendidos comentaron que habían escuchado de sus hijos, que les había gustado mucho venir a las actividades desarrolladas; notaron que habían superado los miedos, que ya dormían solos. Consideraban que le había servido de mucho hablar de sus experiencias. Todas las personas mostraron agradecimiento por acudir y “tomarlos en cuenta”. Los padres opinaron que sí recomendarían el desarrollo de una brigada en el caso de que ocurriese algo semejante en alguna comunidad.  Un padre escribió que su hijo los días sábados le pedía “que lo arreglara rápido porque venían los psicólogos”.

En la totalidad de los niños atendidos los síntomas que presentaban al inicio (angustia, trastornos en el sueño, ansiedad) desaparecieron. Se considera que el trabajo realizado fue de gran ayuda porque no existió cronificación de síntomas ni físicos ni psicológicos.

Por su parte la mayoría de los adultos atendidos señalaron en sus evaluaciones que el trabajo y las reuniones les habían parecido muy buenas, así también que les había parecido muy bien la coordinación y el apoyo psicológico –incluso fue útil para resolver otras cosas que aparentemente, no tenían que ver con el huracán. Opinaron que las reuniones le habían servido para superar y aceptar lo sucedido, para recuperarse de la tristeza, controlar su cuerpo y sus nervios, su alma y corazón así como la desesperación. Las personas lamentaban haber perdido todo lo que lograron con el esfuerzo de muchos años de trabajo. Algunos mencionaron que les fue útil porque les ayudó a mejorar su relación con otras personas y pidieron que los psicólogos estuvieran un poco más de tiempo.

Los alumnos de psicología:
Consideramos muy importante el aprendizaje que los alumnos de la facultad de psicología desarrollaron en la práctica de sus competencias académicas, al atender una población con una demanda manifiesta. La oportunidad que se presentó ante este lamentable hecho, fue aprovechada y permitió poner en práctica conocimientos adquiridos a lo largo de la carrera universitaria, se fomentó la solidaridad y la participación civil. Los estudiantes hicieron un gran esfuerzo y se comprometieron al realizar trabajo voluntario extra clase, al participar en la brigada.


Productos Académicos:
El compromiso social de la Universidad Veracruzana es tan relevante como su  tarea fundamental: la formación académica de los estudiantes.

Los y las estudiantes que se comprometieron a trabajar, no tenían que responder a ninguna experiencia educativa en particular, sino a la motivación personal de solidarizarse con la situación de catástrofe que se vivía en ese momento. Y con sus expectativas de aprender en el trabajo en campo, su actitud y compromiso tiene que ver con la incidencia en la dimensión axiológica que en las diversas experiencias educativas se plantea: la solidaridad, el trabajo respetando las diferencias, la no imposición, etc. Fue una buena oportunidad en la que los muchachos podían mostrar las habilidades y competencias que se pretenden desarrollar en su formación, especialmente del orden de lo clínico y social.

Los estudiantes reconocieron algunas carencias teóricas y técnicas en el trabajo de campo, pero fue fundamental acompañarlos en el trabajo directo en campo, así como la supervisión grupal en cada viaje realizado, que consistió en dos horas de trabajo después de cada viaje.

El modelo de trabajo desarrollado ha sido enriquecido en cada ocasión, mejorando las estrategias y técnicas empleadas. Esta experiencia permitió repensar algunas cuestiones que tienen que ver con la forma de atención que se brinda a las personas damnificadas, también replantear la técnica para acompañar y supervisar a los estudiantes en las prácticas académicas.

Es un reto resolver la contradicción que implica la incorporación de estudiantes con dificultades y limitaciones psicológicas personales muy específicas, pero con deseos de apoyar para sumarse a una brigada de estas características. Esta situación se presenta con mucha frecuencia en muchas de las prácticas académicas extramuros en nuestra Facultad; y representa un desafío ponderar qué alumnos pueden incorporarse a las prácticas sin que sus problemas personales, afecten su propia salud y la de los beneficiarios, todo ello sin discriminarlos.

La Brigada dejó un valioso material a reflexionar respecto de nuestras prácticas en torno al trabajo comunitario, inter-institucional, grupal e individual, ya que son niveles que no se pueden descuidar, consideramos que son niveles que requieren atención diferenciada.

Creemos que alumnos y maestros aprendimos mucho. Como catedráticos reafirmamos la necesidad de incorporar estos temas a la curricula de nuestra licenciatura, incluso plantear que dada la situaciones de violencia y desastres socionalturales que se viven permanentemente en el Estado y en país, debe ser una Experiencia Educativa disciplinar y no Optativa.

Sin duda, el resultado más significativo es el impacto en la población que se logró,
El hecho de que los damnificados hayan podido hablar de la experiencia, no aislarse de los demás y de que contaran con quiénes los escucharan,  ya fue importante. Cabe señalar que, en algunas localidades hubo demandas por parte de la población pero no pudimos llegar a ellas, con tan pocos recursos económicos, y utilizando la infraestructura de otras instituciones.

En este momento se están en elaboración productos académicos sobre la brigada, dos artículos de sobre el proceso y los resultados de la Brigada y un foro donde los estudiantes presenten trabajos sobre sus prácticas.

Aunque es de gran importancia hacer seguimiento de lo que sucede con la población atendida en estos momentos, no contamos con los recursos necesarios para realizarlo.


Xalapa, 14 de enero 2011.

Responsables:
Mtro. Arturo Marinero Heredia. Coordinador General de la Brigada.
Mtra. Lizette Figueroa Vázquez. Responsable de la Supervisión.
Mtra. Zahira Zárate. Supervisora en campo y supervisora.
Dra. María José Oramas García. Supervisora en campo.

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